#Seguridad Ciclista: El casco

Pocos accesorios para andar en 🚴🏻‍♂️ bici generan tanta polémica como el casco. Pero más allá de que estés a favor o en contra, lo concreto es que hoy nuestra ley de tránsito lo exige. Por eso te vamos a contar para qué sirve y cómo se usa correctamente.

¿Qué es?
Parece una pregunta obvia, pero muchas personas no saben que el casco es un elemento de seguridad pasiva, es decir que sólo funcionará en caso de un accidente. Si bien nos puede salvar la vida, tenerlo no ayuda de manera alguna a prevenir un golpe; tampoco debemos caer en el error de cometer imprudencias porque tenemos casco.

¿Para qué sirve?
El objetivo es que absorba la energía del impacto que se recibe en un punto de la cabeza y la disipe a través de toda la estructura del casco para reducir los posibles daños en la cabeza. Es común escuchar quejas de personas porque el casco se rompió luego de un accidente. Justamente, un buen casco se tiene que romper porque esa es su función: compactarse y quebrarse para evitar que eso le pase a nuestro cráneo.

Tipos de casco:
Afortunadamente, hoy los ciclistas contamos con una amplia oferta de modelos, colores y motivos para elegir. Hay cascos urbanos, los cuales suelen tener una estética menos deportiva pero a su vez suelen tener menos orificios, lo que los hacen más calurosos; también están los que suelen usar para la práctica de mountain bike, los de ruta y los más aerodinámicos, que se usan en triatlón o en especialidades contrarreloj. Los cascos vienen en distintos talles y muchos traen una ruedita en la parte de la nuca que permite realizar un micro ajuste realmente útil.
Sea cual sea el que elijamos, lo importante al comprar un casco es chequear que esté homologado, es decir que cumpla con alguna de las normas de seguridad reconocidas. Comprar un casco muy barato sin ninguna homologación es desperdiciar dinero. En el mercado argentino vas a encontrar muchos cascos con homologación como la CPSC (Consumer Product Safety Comission de Estados Unidos) o la CE (Comunidad Europea). En Argentina, el instituto encargado de las homologaciones es el INTI, a través del CHAS (Certificación de Homologación de Autopartes y/o elementos de Seguridad).

¿Cómo usarlo?
Un casco mal colocado, no solo no sirve de nada, sino que puede ser contraproducente. Es necesario que lo lleves abrochado y ajustado. Con el casco puesto, hacé la prueba moviendo la cabeza de lado a lado y de arriba hacia abajo. Si “baila” es que todavía está muy flojo (si es que es de los ajustables) o que te queda grande. Si te acompaña en los movimientos sin apretarte, entonces está bien.
Evitá uno de los errores más comunes que es usarlo muy para atrás, dejando descubierta la frente. Lo ideal antes de salir a pedalear es tomarte unos segundos para chequear la posición frente a un espejo o en el reflejo de la ventanilla de un auto hasta que te acostumbres a colocártelo en la posición ideal.

Experimiento
Hay una forma muy sencilla de darte cuenta de la diferencia entre tener un casco puesto en una caída y no tenerlo. Hacé ahora mismo la prueba de golpear suavemente tu cabeza contra una pared. Después preguntate si en un golpe real preferirías tener casco o no tenerlo.
No tengas vergüenza de usar casco en la bici. Por esa razón, muchas personas no lo hacen y terminan dándole más importancia al qué dirán antes que a su propia seguridad. Si elegís usarlo, aprendé cómo hacerlo correctamente y disfrutá de tu bici con seguridad.
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